lunes, 14 de mayo de 2007

Conquista Romana


La conquista Romana se divide en diferentes etapas:

1ª etapa: Conquista del este y el sur peninsular (218-197 a. C)
El inicio de la conquista se enmarcó en el contexto de la
Segunda Guerra Púnica (guerras que enfrentaron a Roma y Cartago por la hegemonía en el mediterráneo occidental).
Los cartagineses tenían asentamientos importantes en el levante peninsular y desde allí atacaron Roma a través del sur de Francia y los Alpes. Roma contraatacó invadiendo las posesiones cartaginesas en Hispania a fines del siglo III. La victoria romana de Ilipa (209 a.C.) puso fin a la presencia cartaginesa en Hispania y consagró el dominio de Roma sobre el este y el sur peninsular.


2ª etapa: Conquista del centro y el oeste peninsular (155-133 a. C.)
Los romanos tuvieron que hacer frente a la resistencia de los pueblos de esta zona. Los mejores ejemplos son las
guerras lusitanas (155-136 a.C) en las que destacó Viriato, líder lusitano, y la férrea resitencia celtíbera en Numancia hasta su rendición en el 133 a.C.
La República romana vivió diversas guerras civiles que llegaron a la península. Las luchas internas de Roma dieron lugar a enfrentamientos bélicos en la península. Un buen ejemplo es el enfrentamiento entre
Pompeyo y César (49-45 a.C.). Estos conflictos aceleraron el dominio romano sobre la península.

3ª etapa: Conquista del norte peninsular (29-19 a.C)
El fin de la conquista llegó en tiempos de
Augusto, primer emperador romano, con la dominación de galaicos, astures, cántabros y vascones (guerras cántabras).


El concepto de romanización: integración plena de una sociedad determinada, en este caso la hispana, en el conjunto del mundo romano (economía, sociedad, cultura, religión). Por este proceso, los pueblos indígenas (iberos, celtíberos…) fueron asumiendo la cultura romana.La romanización es un momento clave de la historia cultural de los pueblos de la península. En ella podemos distinguir varios aspectos:
· El latín se impuso como lengua común
· El derecho romano (leyes, concepción del estado...)
· La religión politeísta romana (Júpiter, Saturno…) y, posteriormente, en el siglo I el cristianismo se difundió por el imperio romano y también por Hispania.
El proceso de romanización llegó a su máxima expresión cuando el emperador Caracalla en el siglo III extendió la ciudadanía a todos los habitantes libres del Imperio.
Hispania fue una de las provincias del imperio más romanizadas.

Conquista Visigoda



Con la caída del Imperio Romano, los visigodos procedentes de la Galia ocuparon la mayor parte de la península. No fueron capaces de mantener la división administrativa romana debido al proceso de ruralización que entonces se dio.

domingo, 13 de mayo de 2007

Conquista Musulmana




Los árabes musulmanes, alentados por la idea de la "guerra santa", iniciaron en el siglo VII una fulgurante expansión por el Oriente Medio y el norte de África, llegando hasta las costas del océano Atlántico.




Aprovechando la crisis interna del reino visigodo, envuelto en una de sus constantes luchas internas por el poder monárquico, tropas musulmanas, compuestas por árabes y beréberes, cruzaron el estrecho de Gibraltar en el año 711 iniciando la conquista de la península ibérica.los musulmanes derrotaron a los visigodos en la batalla de Guadalete (711) al último rey visigodo, Rodrigo, que perdió la vida en el combate. Animados por aquel éxito, los invasores decidieron proseguir el avance por las tierras hispanas, primero en dirección a Toledo, posteriormente hacia Zaragoza. En apenas tres años, los musulmanes lograron conquistar la mayor parte de las tierras hispánicas sin encontrar apenas resistencia. Solo las regiones montañosas de las zonas cantábrica y pirenaica escaparon a su control.



Diversos magnates nobiliarios visigodos decidieron pactar con los invasores, como fue el caso de Teodomiro, en la región murciana. Las escasas fuentes disponibles nos hacen pensar que la conquista se realizó principalmente mediante capitulaciones y rendiciones acordadas entre los señores godos y los conquistadores musulmanes. La violencia fue más la excepción que la regla. Esto nos explica la rapidez de la conquista.



Tras la invasión musulmana, la mayor parte de la península ibérica se convirtió en una nueva provincia del califato islámico, Al-Andalus. Al frente de este territorio se colocó a un Emir o gobernador que actuaba como delegado del Califa musulmán, por entonces perteneciente a la dinastía Omeya, con capital en ciudad de Damasco.
Los musulmanes realizaron algunas incursiones por el norte de la Peninsula, pero fueron derrotados por los astures en Covadonga (722).



A mediados del siglo VIII tuvo lugar un hecho clave. La dinastía Omeya fue víctima de la revolución Abasí, familia que se adueñó del Califato. Un miembro de la familia derrotada logró escapar, refugiándose en Al-Andalus, donde, gracias a los apoyos que encontró, se proclamó emir. Se trataba de Abd-al-Rahman I (756-788), con quien comenzaba en Al-Andalus el período conocido como emirato independiente, debido a que acabó con la dependencia política de los califas abasíes, que habían establecido su sede en la ciudad de Bagdad. Al-Andalus siguió reconociendo al Califa Abasí como líder espiritual del mundo musulmán.



Abd-al-Rahman I fijó su capital en la ciudad de Córdoba e inició la tarea de construcción de un estado independiente en Al Andalus.

Reyes Católicos




El Papa Alejandro VI concedió a Fernando de Aragón el título de Rey Católico, como compensación porque antes había otorgado el título de Rey Cristianísimo al rey de Francia, reino que, por aquél entonces se disputaba con Aragón el dominio de Italia llegando a amenazar los propios Estados Pontificios; posteriormente, la historia y la costumbre, han popularizado como Reyes Católicos conjuntamente a Fernando y a su mujer, Isabel I de Castilla.

La pareja se casó en el
Palacio de los Vivero de Valladolid el 19 de octubre de 1469, pasando su luna de miel en el Castillo de Fuensaldaña (Fuensaldaña, Valladolid).
El reinado de los Reyes Católicos sucedió en la época del tránsito del mundo medieval al mundo moderno. Con su enlace se consiguió la unión, en la dinastía de los
Trastámara, de las Coronas de Castilla y de Aragón.
Los Reyes, apoyados por las ciudades y la pequeña nobleza, establecieron una monarquía fuerte frente a las apetencias de poder de eclesiásticos y nobles. Con la conquista de
Granada, Navarra, Canarias, Melilla y otras plazas africanas consiguieron la unión territorial bajo una sola corona de la totalidad —exceptuando Ceuta y Olivenza — de los territorios que hoy conforman España.

Los Reyes establecieron una política exterior común marcada por el carácter diplomático de Fernando el Católico, que supondría la hegemonía española durante las épocas siguientes. El descubrimiento de
América en 1492 supuso un hito en la historia mundial.

Esta circunstancia abrió enormes posibilidades a la economía, a la ciencia y acentuó la expansión atlántica que continuaría en los siguientes siglos.
Isabel de Castilla

Para llegar al trono tuvo primero que vencer en la Guerra civil castellana (1475-1480), enfrentándose con los partidarios de su sobrina Juana.
Isabel se proclama Reina de Castilla el 13 de diciembre de 1474 en
Segovia, tomando como base el Tratado de los Toros de Guisando.

Fue una mujer de mucho carácter y con mucha decisión propia. Con sus hijos fue severa, pero buena madre, haciéndoles entender que tenían unas obligaciones por su rango de hijos de reyes, y que debían sacrificarse mucho por ese motivo.

Creyó en los proyectos de Cristóbal Colón y a pesar de las muchas críticas y reacciones políticas adversas de la corte y los científicos; una leyenda dice que financió con sus joyas el viaje que llevaría al descubrimiento de América. Realmente fue un grupo de mercaderes, los mismos que financiaron la visita de Fernando de Aragón para casarla. Durante el reinado común con Fernando se produjeron hechos de gran trascendencia para el futuro del reino como el establecimiento de la Santa Inquisición (1480), la creación de la Santa Hermandad, la incorporación del Reino nazarí de Granada, así como la unificación religiosa del pueblo español, basada en la expulsión de los judíos (1492) y la conversión obligada de los musulmanes. Por último, la anexión de Navarra (1512), (ya muerta la reina) significó el origen del futuro Reino de las Españas.

Armas de los Reyes Católicos de España
Firmó con Portugal el
Tratado de Tordesillas (1494), un tratado de objetivos modestos (se trataba de repartirse zonas de pesca y navegación con los portugueses: aun no se conocía la importancia del viaje de Colón) pero que, en años posteriores, tuvo como resultado que Castilla y Portugal se repartieron el mundo. Por deseo de los comerciantes urbanos creó la Santa Hermandad, cuerpo de policía para la represión del bandidaje, creando unas condiciones mucho más seguras para el comercio y la economía.
Fernando de Aragón

La guerra terminó con la derrota de Juana. Por el Tratado de Alcaçovas (1479), Juana renunció al trono en favor de Isabel y se recluyó en un convento de Coimbra, convirtiéndola en Isabel I de Castilla. Ese mismo año, Fernando sucedió a su padre como rey de Aragón. En ese año, 1479, por tanto, puede fijarse la unión de ambas coronas. A partir de los términos de la Concordia de Segovia, Fernando colaboró activamente con Isabel en el gobierno de Castilla, encargándose personalmente de la política exterior, al tiempo que reservaba para sí los asuntos relativos a la Corona de Aragón. Tras dictar las primeras medidas de ordenamiento interno de sus reinos (en 1480 se institucionaliza la figura del corregidor; en 1481 se crea la Inquisición en Castilla; se sanciona a los nobles rebeldes y se reorganiza la hacienda real), los reyes emprendieron en 1481 la conquista del reino nazarí de Granada. A través de las dificultades de esta guerra (1481-1492), fundamentalmente de asedio, el rey Fernando fue revelando sus dotes diplomáticas y militares. La guerra terminó con la capitulación de Granada el 2 de enero de 1492. La conquista del último reducto musulmán en España otorgó a los reyes un prestigio que ayudó a consolidar la autoridad real. En los reinos de la Corona de Aragón, Fernando no modificó el sistema político tradicional (que dificultaba la concentración de poder en manos del rey), y puso fin en sus Estados al problema de los remensas catalanes mediante la abolición de los malos usos y la consolidación de los contratos de enfiteusis (sentencia arbitral de Guadalupe, 1486).

Introdujo en Castilla las instituciones aragonesas de los consulados (como el
Consulado del Mar, de Burgos) y los gremios, favoreciendo de este modo el desarrollo económico castellano, especialmente el comercio de la lana. En el aspecto religioso, llevó a Castilla la Inquisición (presente en Aragón desde 1249) y reformó el programa de su esposa, sentando las bases ideológicas de la España moderna introduciendo la uniformidad religiosa (decreto de expulsión de los judíos en 1492 y conversión forzosa de los moriscos granadinos en 1503, a los que la reina había garantizado el derecho a la libertad religiosa tras la capitulación del reino de Granada).

sábado, 12 de mayo de 2007

Los Austrias en España


Carlos I es un Habsburgo, heredero del trono imperial. Será el emperador Carlos V desde 1519, y con él llega la dinastía de los Austrias a España, en el año 1516. En 1492 se había descubierto América, y se había iniciado la conquista y colonización del Nuevo Mundo. Carlos I se titulará rey de España, pero mantendrá la estructura de reinos independientes en la península. Se mantendrán las aduanas, las instituciones y la Administración separada de todos los reinos. Castilla tendrá unas Cortes, y Navarra y el reino de Aragón tendrán las suyas por separado. Sólo la Inquisición permite a los reyes tener una jurisdicción uniforme en todo el reino. España es un reino plural en el que están vigentes leyes diferentes para los distintos reinos. Los Habsburgo continúan con el pactismo típico de la Corona de Aragón, a pesar de ser reyes autoritarios. La monarquía hispánica es casi el único elemento de unión y lo que hace la nación española. En la época no se identifica España con Castilla.

Pero los reinos están divididos en provincias, y estas están creadas en virtud de relaciones de vasallaje de origen medieval. Los señores, las órdenes militares y los conventos son los dueños de territorios que les prestan homenaje, y así se constituyen las provincias. De esta manera, es frecuente que las provincias sean territorios fragmentados y de tamaño muy diferente. Esta estructura provincial es muy poco eficaz para el gobierno absoluto.

Las provincias se dividirán entre las de señorío y las de realengo, dependiendo de quién sea el titular de las tierras. La monarquía absoluta tratará de recuperar las tierras de señorío para quitar poder a la nobleza. Para ello intentará extender el fuero de las ciudades a todo el país para que el derecho sea territorial. Una de las cuestiones de fondo será el concepto de naturaleza y extranjería. Será natural de un sitio aquel que esté vinculado a la tierra y al señor titular, por relaciones de vasallaje. De esta manera, un noble que está avasallado con el rey es natural de su reino, pero si se revela, él y su territorio feudal salen del reino. Es, pues, natural de un lugar quien ha nacido allí y quien vive de manera estable. Ser natural de un lugar es muy importante a la hora de ocupar cargos públicos. Cuando un rey quería nombrar a un extranjero para un cargo debía concederle una Carta de Naturaleza.

Los extranjeros son, pues, quienes viven en un lugar que no es el de su nacimiento, y no están avecindados. Los extranjeros suelen tener estatutos y fueros particulares, como los francos del camino de Santiago, o los genoveses de los puertos marítimos.

Esto implica que los naturales de un reino son extranjeros en otro, aunque ambos reinos pertenezcan a la misma corona.




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